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Mostrando entradas de marzo, 2014

ENTRE DOS MUNDOS

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En las tardes, cuando el sol comienza a descender  y a bañarse en un mar naranja que acaricia la vista y roza el alma, Sirena Morena se viste de viento y danza sobre la espuma. Desnudez de besos vestidos de sal,  brisa que cobija olor a olas turquesas, susurros que visten el atardecer de pasión por vivir y por amar. Al nadar tus caminos y caminar tus olas sueños de colores, aroma de susurros vestidos de caricias no dadas.  Templanza sobre las olas,  olas que cantan tu nombre.  Arrecifes de corazones rosas y verdes  que buscan besar un cielo que reposa sobre dunas de agua.  Mar que se mece y adormece con cada mirada perdida. Cuando el sol se baña en la mar fuego en el agua,  hervor que murmura deseos no expresados,  Sirena Morena que se adentra en la arena  y recorre la playa soñando vivir en un solo mundo. Cuando abandonas el alma del mundo,  la que se viste de mar y salitre,  la del corazón de coral,  caminas tus caminos entre pin

CAMBIAR EL MUNDO

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Para cambiar el mundo sólo hacen falta dos cosas: el mundo y tú mismo. A ti ya te tienes y al mundo…, al mundo lo caminas día a día y en él forjas tus pasos y el espíritu que los anima. Al mundo lo contemplas en hermanos y hermanas que tejen su historia vestida de vicisitudes, de búsquedas y respuestas, de alegrías y lágrimas al sol de la noche, de risas y carcajadas porque a la vida y en la vida estas son imprescindibles. En la oscuridad el mundo se pierde de si mismo y en la luz se reencuentra. Para cambiar el mundo sólo hace falta que lo cambies en ti, pues tu eres parte de cada uno de sus pasos. Y entre todos gestamos y vivimos su historia, en nuestra propia luz y oscuridad. Porque la luz del mundo es nuestra propia luz y su oscuridad no es mas que la sombra que nos cubre. No quieras cambiar al mundo en otro pues, aunque ese otro también eres tú, sólo podrás cambiarte en tu propia singularidad, solo tú podrás hacer tu camino. Y sólo él podrá cambiarse a sí mis

VES EN MÍ

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¿Qué puedo hacer para hacer tu camino?, que no puedo hacerlo, ni labrar tu campo, ni sembrar tus flores, ni aventar el trigo de tu trecho andado… ¿Qué puedo encontrar en mi camino que a ti te sirva como un paso dado?, si solo puedo dar los míos y seguir el rumbo que me he trazado en un tiempo vivido que he olvidado. ¿Qué puedo hacer por ti que no sepas tu hacer?, si todo fue dicho y todo lo hecho no es mas que parte de una gran parte que a todo acoge y todo tiene, y nada nuevo bajo el sol se mueve. ¿Qué quieres que te recuerde que tú no sepas?. ¿Qué quieres que te diga que tú no sepas?. ¿Acaso piensas que yo se lo que tú no sabes?. Si vivir por ti no puedo, ni morir, ni reír, ni llorar o lanzar un beso al infinito y besar los labios de la vida. No esperes encontrar en las flores de mi jardín alado el sentido de tus pasos, que son los míos pero por ti dados. ¿Qué puedo hacer por ti mas que recordarte lo que ya sabes?. Y en tu recuerdo hallarás el camino que ya

ESTRELLAS

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Estrellas…, miro a las estrellas y en ellas sueña su sueño el olvido. Miro a las estrellas, y su brillo, como el brillo de un millar de almas cristalinas, atraviesa mis pupilas y llega hasta lo más hondo y más sagrado de mi. A las estrellas miro y mi mirada esconde mil miradas, aquellas que he dirigido al hogar de los ancestros desde el inicio de mi propio inicio en este mundo, bajo este cielo. Las miro y las siento, las añoro. Las miro y recuerdo viajes sin movimiento, inercias contenidas en alas arcoiris hechas para navegar entre nebulosas y galaxias, de estrella en estrella y de mundo en mundo, consumiendo un tiempo sin tiempo que me ayudaba a viajar siguiendo el pulso de espíritus alados que habitan los espacios siderales. Miro a las estrellas y al mirarlas ellas me miran, y al mirarme me contemplan como a un pequeño punto de luz que más grande se hace si se acercan, pues soy como ellas son. Y soy lo que ellas son. Y en el centro de todas ellas, en este lado del

LUZ DE SIRIO

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Por mis puertas de luz penetra su luz, luz que me conecta con lo que Soy y el Hogar Primigenio, afinada energía que me trasciende y me mantiene sutilmente, que alimenta el vuelo del águila de mi corazón arcoiris. Luz titilante, adornada de verdes a mis ojos, que levanta por el horizonte asida a un can de estrellas cercano a un mítico gigante. En mis caminos, cuando trazo redes de luz, conexiones tejidas de tiempo en tiempo y de mundo en mundo, contemplo sus destellos y los dejo llegar hasta lo más profundo de mi. Y en su luz mi luz se hace suya. Mas con el tiempo no solo llegaron destellos y energías sutiles infiltradas por los poros de la piel de luz, que no es piel porque la luz no traza caricias sobre si misma y el alma no vive el tiempo como el tiempo que concebimos. Con el tiempo, las miradas embelesadas y perdidas en un cielo invernal invadido de estrellas como hogares lejanos, como pasillos a otras estancias..., se tornaron vínculos que afloraban, historias sin tiem