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Mostrando entradas de abril, 2012

LA CONSPIRACIÓN DE LA LUZ

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Hay ocasiones en las que la Naturaleza conspira para convertir un momento cualquiera en un momento mágico. Y es que la Magia de la Vida convive minuto a minuto, palmo a palmo, con cada uno de nosotros. Desde que el sol se levanta hasta que se pierde por la fina línea del horizonte, la conspiración de la Luz por hacerte consciente y libre es permanente, pues en la conciencia de vivir es donde se esconde el secreto de la propia vida. Y, al caminar por este mundo con los pies descalzos, los ojos bien abiertos y las manos extendidas, difícilmente podemos resistirnos a la idea de que no solo formamos parte de todo cuanto vemos, sino que somos todo cuanto vemos, y que nos vivimos en cada cosa existente: desde el árbol al arcoiris, desde la piedra a la montaña, desde el pájaro al hombre... La conciencia de ser uno con el resto, de ser sólo una fracción, una perspectiva de la totalidad inmediata, es crucial para quien busca salir de la frágil y a la vez férrea cárcel de la mente dom

POTALA

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El imponente Potala, en una fotografía obtenida con zoom desde la azotea del monasterio de Jogkand Hay lugares ciertamente míticos de nuestro tiempo, lugares que forman parte de lo más profundo del inconsciente y del propio consciente de la humanidad de nuestro tiempo. Lugares que son más que emblemáticos, recordados no porque tuvieron un momento de esplendor hace centurias, sino porque tuvieron ese esplendor o un particular protagonismo en un momento del tiempo al que nuestra visión limitada del pasado, como seres limitados por ese mismo tiempo, aún alcanza. Son lugares tan próximos a nosotros que, a pesar de las distancias incluso físicas, tienes que verlos, visitarlos, pisarlos, tocarlos con tus manos. Este es el caso de Potala o Potalá, como dicen los tibetanos, la que fuera residencia del Dalai Lama hasta el momento en el que la revolución cultural china le obligó a huir hacia la India allá por 1959.  Por eso, porque es un lugar vivo, histórico y mítico de nuestro tiempo, por

2012

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Lo que somos, lo que somos además esencialmente, no está constreñido, contenido, sujeto al espacio y al tiempo. Lo que somos, lo que en verdad somos, no tiene tiempo, ni a tiempo se somete. Es más, hubo un tiempo (por emplear esta expresión) en el que aquello que vemos y experimentamos como universo, aunque quizá en un modo diferente, no estaba sometido tampoco al tiempo. En algún momento del pasado remoto la conexión materia, energía, espacio, conciencia, tiempo, estaba establecida (de estarlo) de diferente manera. Espacio y tiempo no estaban ligados. Espacio y materia solo en una relación no obligada, pues existían (como existirán en otros universos) espacios sin materia. Ni existían materias obligadas por el tiempo. Ni conciencias encapsuladas en materias temporales con fecha de caducidad. El tiempo no era un factor incuestionable, ineludible, en lo existente. Pero ocurrió algo..., la codicia, el afán por controlarlo todo o quizás  el afán por controlar el Todo, de una sue

VUELOS DEL ALMA

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En la noche, cuando el cuerpo se olvida de sí mismo y se abandona al sueño y al subconsciente, las almas pueden experimentar viajes en el mundo de la realidad impalpable, transfiriendo la conciencia a otros niveles de la realidad o a otras formas de vida. Por la noche,  cuando el cuerpo duerme como si estuviera muerto, pero sin estarlo, una parte de lo que somos, sometida a espacios sin tiempo, desesclavizada del cuerpo experimenta viajes a mundos desconocidos o a otros niveles de esta misma realidad. Y en ocasiones desarrollamos potencialidades de las que no somos conscientes en la conciencia de andar por casa, y recibimos instrucción, o damos ayuda, o hacemos un trabajo necesario para el mundo. Al regresar a la casa que significa el cuerpo no recordamos o nos traemos recuerdos disfrazados de sueños especiales. Y es que la noche del cuerpo y de la mente es el día del alma, del arrope que la conciencia utiliza para desplazarse en este mundo y en el otro. Y así, en la noch