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Mostrando entradas de octubre, 2017

SIN PALABRAS

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"La madre del mundo" (detalle) N. Roerich, 1874-1947.  Nicholas Roerich Museum New York Foto: Miguel Angel del  Puerto Hay un lenguaje que sin palabras habla, silencioso, que se expresa con destellos del alma. Salpicaduras de luz que ni siquiera los ojos perciben, que solo brotan cuando la mente calla. No que duerma sobre el lecho del más profundo sueño, ni que esté quieta y silenciosa. Como no tiene frontera que lo perturbe es difícilmente descriptible y, a cada intento, el cristal se rompe y cuesta componerlo de nuevo. Sin palabras... La gran paradoja de la Divinidad somos nosotros, nosotros en Ella buscando hablar sin palabras, decirlo todo sin palabras, sin mover los labios, sin agitar los pensamientos, sin siquiera extender las manos, sin que el brillo de los ojos musite gestos. Pero sucede. Lo vemos y lo sentimos, lo oímos sin oírlo. Lo sabemos desde nos. Y sucede. Gracias, porque me recuerdas que no debo dejarme mecer por el sueño que significa camin

RECUERDOS

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He intentado hacerlo. Escribir y describir experiencias cotidianas o alucinantes de tiempos simultáneos o de encrucijadas temporales en los que diversos caminos temporales convergen y comparten instantes. He intentado describir recuerdos ajenos pero propios, de vivencias no tenidas pero tenidas, con encuentros y momentos compartidos pero no vividos…, sin que suponga un galimatías de contradicciones o paradojas difícilmente conciliables.  Finalmente me dejo seducir por esta forma escrita sugerente, divergente del lenguaje lineal de la mente más ortodoxa que intenta definir lo vivenciable en vez de simplemente vivenciarlo. ¿Entiendes que el tiempo no es único ni exclusivo sino personal aunque compartido, pero extremadamente personal y extremadamente compartido?. ¿Una suerte de consenso de taquiones fluyendo en múltiples direcciones que convergen en un camino aparentemente coherente?. Pero no en un solo camino. Tiempos, nos manifestamos en tiempos diferentes, circulares

DEL OBSERVADOR SINTIENTE Y DE LO OBSERVADO SENTIDO

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Miradas a la vida, a mi vida, a lo que hago, a lo que nunca hice, a lo que haga quizá algún día… Miradas acompasadas con ritmos y latidos, con suspiros y añoranzas, con ilusiones y devociones a eso mismo: a la vida, al entorno, al contorno de los ojos, de los labios, de los árboles crecientes en el llano horizonte o al mar embravecido (que de espuma teje encajes blanquecinos y borda de hilos verdes el tiempo, la misma mar y el cielo). Cuanto miro, cuanto veo, cuanto observo…: diagramas de luces y colores, de sombras y luminiscencias, de sentimientos, de emociones y pasiones…, son sueños de mí mismo. Ni siquiera un soñar despierto. Si quisiera, un dormir continuo que busca florecer amaneciendo.  Y, entre tanto, respiro, suspiro, entiendo, pregunto, me pierdo, me encuentro… Sin lamentos…, alguno escondido. Sin llantos…, alguno vertido. Con encanto…, muchas risas y destellos. Entreabiertos los ojos, un mirar perdido al horizonte. Vivir fluido. Vivir latiendo…, eso intento