CUANDO CIERRO LOS OJOS

Cuando cierro los ojos se hace el silencio. Cuando cierro los ojos mis espacios interiores se despliegan y el tiempo se diluye, deja de tener sentido, y veo más allá de la profundidad que se presenta ante mi. Cuando cierro los ojos vuelo y para volar detengo la mente, la silencio en su constante bullir, convirtiéndola en un manso lago de aguas transparentes, quietas como un espejo en el que todo puede mirarse y verse, porque todo forma parte de su faz. Cuando cierro los ojos los abro en la visión más integradora y sincera, y profunda, la que es capaz de ver lo que no se ve. Mi respiración se hace tenue y el silencio que todo lo llena me invade, me envuelve, toma posesión de mí puesto que en mi siempre estuvo. Mi corazón se abre y el verde esmeralda me inunda, adquiero la visión y el sentimiento, la percepción y el alma. Crisálida soy que abandona el lento caminar de la oruga y se recoge dentro de sí misma, y en su recogimiento se transforma y renace. Y entonces de