ANTE EL TEMIDO UMBRAL
Antes o después tenemos que enfrentarnos a la muerte, en cualquiera de sus formas. Pero para nacer, para nacer a una nueva vida, tenemos que morir. Es imprescindible morir. Hemos de enfrentarnos a la aniquilación del ego y de lo transitorio que vive en nosotros. Tenemos que afrontar la muerte que significa el despertar. La desaparición de lo viejo y el advenimiento de lo nuevo. El óbito de nuestra identidad y el resurgimiento de nuestra verdadera identidad. Debemos enfrenarnos a nuestra muerte cotidiana, a la muerte del minuto a minuto, del segundo a segundo, a la pequeña y a la gran muerte. La mente acoge al miedo. Y el miedo a desaparecer es la personificación de la muerte. Cuando destierras tu miedo amaneces por segunda vez en este mundo. Viven en mí la vida y la muerte, la eternidad y la transitoriedad. Como seres humanos somos hojas arrastradas por el viento. Como lo que en verdad somos nos asemejamos más al viento. Pero el origen de nuestra fuerza y energía está en lo que