VIDA

No te pedí las estrellas..., y me las diste. No te pedí el cielo..., y me regalaste las nubes, un rayo de sol y la mágica luz del arcoiris. No te pedí el aire..., y el aire me diste, y me regalaste el viento..., caricias de brisas contenidas en dulces besos. No te pedí el camino..., y el camino me entregaste y me diste mis pasos, la verde hierba, y las piedras..., los pies descalzos... y me echaste a andar. No te pedí la risa..., y me sonreíste abiertamente como si me conocieras desde siempre, y desde siempre esperaras mi llegada. No te pedí el llanto..., y me hiciste llorar, lloraste por mí en cada lágrima de rocío, y en la tormenta que rompió mi primavera..., lloré a raudales por ti y por cada momento que se escapaba en tu llanto y en el mío. No te pedí la pena..., y me dejaste perderte en cada amigo, hermano, padre y madre que se fue de este mundo buscando el otro. No te pedí amor..., y amor me diste a raudales, y amor te entregué en cada uno de