
Desde que el sol se levanta hasta que se pierde por la fina línea del horizonte, la conspiración de la Luz por hacerte consciente y libre es permanente, pues en la conciencia de vivir es donde se esconde el secreto de la propia vida. Y, al caminar por este mundo con los pies descalzos, los ojos bien abiertos y las manos extendidas, difícilmente podemos resistirnos a la idea de que no solo formamos parte de todo cuanto vemos, sino que somos todo cuanto vemos, y que nos vivimos en cada cosa existente: desde el árbol al arcoiris, desde la piedra a la montaña, desde el pájaro al hombre...
La conciencia de ser uno con el resto, de ser sólo una fracción, una perspectiva de la totalidad inmediata, es crucial para quien busca salir de la frágil y a la vez férrea cárcel de la mente domesticada. Somos uno en el Todo y con el Todo, y solo el sentimiento de individualidad inconexa es lo que nos convierte en elementos disonantes en la Totalidad.
Al contemplar el río de la vida y ver el agua discurrir entre las piedras, al árbol arrimado a su orilla y cómo el viento arrastra sus hojas, solo puedo pensar en la similitud de esto con la propia existencia, y lo cerca que podemos estar de comprender e interiorizar su sentido.
Al vivir en la periferia de nosotros mismos nos condenamos a contemplar la periferia de lo existente, es decir, lo circunstancial y fenomenológico. Y así, no percibimos el sentido. Y, si algo tiene la vida, es sentido. Por eso no podemos vivir en la periferia porque, aún cuando los latidos de la vida llegan a todos los rincones, solo una visión que busca comprender e integrar te mostrará el sentido o te dará la siguiente clave: a veces, para encontrar el sentido, es necesario que aprendas a darle sentido a lo que haces..., pues todo cuanto acontece en la vida es fruto de un lenguaje, de la más alucinante experiencia de comunicación entre los diversos niveles de la existencia, sus seres, y las energías que la componen (es el Todo hablando de todo). Y esto sucede permanentemente. Y nosotros formamos parte de ello. Pero aprende a encontrar el sentido... y a darle sentido a lo que haces, llénalo de contenido.
Creerme separado del resto sólo acrecienta mi sensación de soledad.
Saberme integrado, que solo soy una parte del resto, disipa mis soledades, porque me veo en todo. Y en esos momentos, soy consciente de que todo me acepta y me acoge.
Vivimos tiempos difíciles..., pero altamente esperanzadores, pues vivimos los inicios del Nuevo Tiempo, digamos que nos acercamos a la primavera de la galaxia, y el ciclo de Luz comienza de nuevo. La Era de las Luces se acerca. Y comprender la magia de vivir es

La Magia de la Vida no sólo se da en la naturaleza, cuando compartes tus pasos con el crujir de la tierra bajo tus pies o dejándote acariciar por la blancura efímera de la flor del almendro. La Magia de la Vida también se da en mitad del asfalto porque, a fin de cuentas, de lo que se trata es de ser consciente. En definitiva, hablamos de Vivir. Y esa Magia se experimenta igualmente en el entorno más frío, pero más inmediato, de las grandes ciudades. Sin embargo, no podemos darle la espalda a la Gran Madre que nos acoge desde el principio de los principios, la Naturaleza. Así que busca la Magia de la Vida allí donde estés, experiméntala en ti mismo y con los que te rodean. Acaricia el momento presente, el instante eterno que se despliega ante ti cuando te dices hacia tus adentros “Yo Soy”. Conspira con la Luz dejándote abrazar por ella y asumiendo el compromiso adquirido por todo hijo de la Luz, que no es otro que trabajar por ella, por su establecimiento en este mundo, por su afianzamiento en la vida, por tu búsqueda permanente de ella como objetivo primordial en tu existencia.
No somos mas que la unidad viviéndose a si misma desde multitud de conciencias en los diferentes reinos de la naturaleza. Somos cuanto vemos, pero no vemos cuanto somos. Sin embargo, está ahí, rodeándote, componiéndote, soñándote, acariciándote... Lo que te separa de tu conciencia de ser uno con el resto no es otra cosa que creerte real, definido y concreto pero, sobre todo, real. La realidad de lo que eres no tiene nada que ver con la realidad de lo que crees ser. Puedes fácilmente ver lo que crees ser cuando te pones ante un espejo. Para ver lo que eres tienes que mirar hacia dentro. No es necesario desmenuzar aún más este pensamiento. Eres cuanto eres, sencillamente.
Permanentemente, la Magia de la Vida te concede los elementos suficientes para que seas consciente de cómo la Luz conspira para dejarse atrapar por ti, y que hables su lenguaje y entiendas los pasos a seguir. Si cualquier momento puede adquirir el cariz de mágico es porque la magia es algo inherente a la existencia.
¿Cuándo la existencia carece de magia?. Cuando no se encuentra el sentido. Cuando aprendes que todo tiene un sentido, la conspiración de la Luz para que lo encuentres, lo atesores y aprendas a verlo se hace evidente. Conspira con la Luz para que así sea.

Bellisimo escrito,,que mas le podemos pedir al universo sino es el goce de la misma vida ,,gracias vivo enamorada de sus escritos,,los leo y los vuelvo a leer y siempre los disfruto,,abrazos !!
ResponderEliminarestare atenta a estos maravillosos mensajes !!!gracias
ResponderEliminarGracias, Mary, por compartir conmigo la Magia de la Vida. Formamos parte de una gran familia de Luz que extiende sus lazos por un mundo sin fronteras.
ResponderEliminarGracias por estar ahí.
Un abrazo.
Miguel Ángel, es un placer leerte. Mis felicitaciones!!!
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