TAN ADENTRO...




Siempre miré al cielo
y mirando al cielo aprendí a mirar dentro.
Tan adentro como dentro de los espacios infinitos.
Interiores en el interior
y cubículos sombreados.
Estancias repletas de soles y nebulas.
Y pasadizos sin tiempo
para sin tiempo encontrarme.

Mirando al cielo aprendí a mirar dentro
atesorando imágenes más allá de la retina
donde empiezan las preguntas
y no están las respuestas.
Imágenes como luces que llenan los vacíos
y vacían lo que está lleno.

Ladrón de horas a la noche
cada noche de cada día
cada día de cada palmo de la vida
de mi vida.
Buscando el día
y en el día abrir los ojos
en la noche.
Eso he sido.

Oteador de horizontes planos
construidos de cornisas escarpadas
de rectas curvas silenciadas
de abruptos corazones.
Templado sin arrogancia
esbeltez de miras
y caminos deambulados de la mano del destino
sin destino
sin camino
nunca asido de la mano
Eso he sido.

Siempre miré al cielo
Y mirando al cielo aprendí a mirarme dentro.
Tan adentro…





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