Hay amigos que no son de este mundo,
hermanos que cruzaron los espacios sin moverse,
como si surcaran mares sin tiempo
y sin tiempo a mi llegaran.
Hay amigos que son hermanos,
hermanos que son Maestros,
Maestros que acompasan ritmos de Luz,
sus ritmos,
con los míos
sin duda más lentos y torpes.
Ellos son Ellos,
silentes voces que traen ecos de lo que sé pero he olvidado.
Son cognoscibles
pero no conocidos.
Son insondables
pero se dejan sondear.
Ellos son no espíritus viajeros,
sino guías de espíritus viajeros.
Viajeros, en todo caso, de la conciencia.
Alentadores,
despertadores que miran sin mirar
y ven donde no veo.
Por eso hablan sin voz.
Levantan el vuelo para que yo vuele,
pero difícilmente pisan el suelo
pues están tan lejos…,
aunque tan cerca de la experiencia de Vivir.
Pero no de viviente caminante pisando piedras,
sino de viviente gravitante
como alado mercuriano.
Hay amigos que no son de este mundo,
hermanos que desnudos de cuerpo sufriente
alimentan almas,
despiertan corazones
y me abren los ojos.
Y me gritan en silencio:
¡Levántate!.
¡Camina!.
¡Se Tú Mismo!.
Ellos son yo dentro de un millar de millares de años.
Ellos son yo mismo sin serlo.
Surcan mares sin tiempo
y sin tiempo a mí llegan.
Y yo mientras tanto,
adormecido durmiente
que despertar espera
y recrear sueña
la vida que ha creado para sí.
Sintiente semilla soy,
parpadeante Luz,
caminante camino.
Aquila lupus que no se resigna a vivir dormido,
a no caminar por el cielo,
a no volar entre los hombres,
a no subir cumbres escarpadas
y convertirlas en verde llano.
hermanos que cruzaron los espacios sin moverse,
como si surcaran mares sin tiempo
y sin tiempo a mi llegaran.
Hay amigos que son hermanos,
hermanos que son Maestros,
Maestros que acompasan ritmos de Luz,
sus ritmos,
con los míos
sin duda más lentos y torpes.
Ellos son Ellos,
silentes voces que traen ecos de lo que sé pero he olvidado.
Son cognoscibles
pero no conocidos.
Son insondables
pero se dejan sondear.
Ellos son no espíritus viajeros,
sino guías de espíritus viajeros.
Viajeros, en todo caso, de la conciencia.
Alentadores,
despertadores que miran sin mirar
y ven donde no veo.
Por eso hablan sin voz.
Levantan el vuelo para que yo vuele,
pero difícilmente pisan el suelo
pues están tan lejos…,
aunque tan cerca de la experiencia de Vivir.
Pero no de viviente caminante pisando piedras,
sino de viviente gravitante
como alado mercuriano.
Hay amigos que no son de este mundo,
hermanos que desnudos de cuerpo sufriente
alimentan almas,
despiertan corazones
y me abren los ojos.
Y me gritan en silencio:
¡Levántate!.
¡Camina!.
¡Se Tú Mismo!.
Ellos son yo dentro de un millar de millares de años.
Ellos son yo mismo sin serlo.
Surcan mares sin tiempo
y sin tiempo a mí llegan.
Y yo mientras tanto,
adormecido durmiente
que despertar espera
y recrear sueña
la vida que ha creado para sí.
Sintiente semilla soy,
parpadeante Luz,
caminante camino.
Aquila lupus que no se resigna a vivir dormido,
a no caminar por el cielo,
a no volar entre los hombres,
a no subir cumbres escarpadas
y convertirlas en verde llano.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDios mio.... es como si todo lo entendieras y estuvieras en el todo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Esperanza. Aprendices de la Vida somos.
EliminarGracias companiero , arriba los corazones...
ResponderEliminarArriba...
EliminarEres único gracias
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