Yo soy el afán de
protagonismo,
el freno de la
evolución personal.
Fiel y directo
aliado del ego mi misión consiste en hacer resaltar “el yo”,
fomentar la
individualidad
y cegarme para no
ver más allá de mi ignorancia.
Nada hay por
encima de mí.
Por eso nadie
tiene la verdad..., salvo yo.
Por eso nadie
está realmente en el camino..., salvo yo.
Lo cierto es que
no hay más Maestro que yo.
Yo soy la
negación de lo auténtico,
la oveja negra de
la Totalidad.
Quien me cultiva
se deja seducir por la vanidad,
la soberbia
y la
intolerancia.
¡Que cómodo me
siento como dueño y señor de la verdad!.
¡Cuánto brillo y
deslumbro!.
Mas algún día
caeré de mi caballo
y, cuando así
sea,
tendré que
aprender a caminar por mí mismo,
pues es así como
verdaderamente se hace el camino
y no a lomos del
yo.
Yo soy el afán de
protagonismo.
Me anuncio en los
periódicos.
Me dejo llamar
Maestro.
Quien a mi puerta
llama se cierra todas las puertas.
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