TU RUIDO EN MI



El ruido que haces no me deja escuchar el murmullo del agua,
pero tu ruido está dentro mío. Así que mejor diría:
Mi ruido que haces no me deja oír el murmullo del agua...
En verdad, no hay ruido que me impida escucharlo.
En verdad, no hay ruido... solo el murmullo del agua.
Y así soy él. No hay murmullo, solo agua. Soy el agua.


Cuando comprendo que no hay ruido, sino que el ruido está en mi interior y que solo me molesta mi ruido, entonces me acerco al silencio que necesito para que nada me altere, para que no existan ecos disonantes que me impidan oír el arrullo del agua.

Cuando haces ruido no lo haces tu lo hago yo, porque no estoy en equilibrio, no estoy en mi centro, no me contengo a mi mismo en la unicidad que soy.

No eres tú quien me molestas. Me recuerdas mis espacios vacíos, mis oscuridades, mi falta de visión y el lamento de lo que de mí no se.

Si oigo tu ruido y lo hago mío, y me molesta, y me roba los destellos de luz que componen mi vida, es porque oigo mi ruido y no el tuyo.

Así pues, te libero de esa carga. Sé libre de mi y del pesar que me produces.

Te libero. Y al liberarte me libero.



A Juan José
Gracias a su ruido he visto mi ruido.
Sin saberlo me ha inspirado.













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