Solo hay Luz...
Solo puede haber Luz...
¿Dónde están las sombras?.
Aún en los momentos más difíciles,
en los momentos en los que la plenitud más excelsa se inunda de vacío...
Cuando el sin sentido atenaza el corazón...
Aún en esos momentos sólo hay Luz.
¿Por qué la desesperanza se viste de gris?.
¿Por qué el color está reñido con la falta de alegría?.
¿Por qué la sombra es la poderosa hermana del miedo y la fatiga?.
En cualquier caso, en todo momento, aún cuando la sombra te rodea con sus brazos susurrándote al oído: solo hay dolor...
Aún en esos momentos, solo la Luz puede ser la compañera de tus pasos.
No pierdas tu mirada intentando ver a través de tus cicatrices.
No hurgues en la lejanía de tus propias heridas,
pues siempre la Luz, la compañera de tus pasos, acariciará tus ojos y penetrará por las ventanas del alma llenándote y acariciándote.
Cuando caminas, caminas descalzo.
Cuando amas, amas a corazón abierto.
Cuando lloras, brotan ríos de dolor.
Vivimos sin armadura, y sin armadura sentimos.
Siente la Luz sobre la piel.
Siente la caricia del suave viento de la ternura, de la esperanza, del amor más cristalino.
Cuando rías, ríe a carcajadas.
Cuando sueñes, sueña con colores vivos.
Cuando respires, respira profundamente y conspira con las grandes montañas, con los verdes valles y las alamedas.
No dejes que el desaliento quite brío a tus pasos,
que la pena se sostenga en ti por más de un segundo,
que la soledad te haga creer que sólos podemos ser lo que en verdad somos.
Para caminar, no te vistas los pies del miedo o de la fatiga.
Para caminar, no pierdas tu mirada en el suelo, alza la vista al horizonte y pierde tu mirada a lo lejos.
Caminando siente la brisa en tus mejillas y cómo el viento juega con tu pelo, como si vivieras la vida cabalgando sobre tu espíritu libre y ligero.
Vive con alegría y esperanza, y perspectiva, y visión de futuro (aunque el futuro sea ahora).
Vive con Luz y con Luz mira al mundo y a esos mundos cercanos que llamamos hombres y mujeres que comparten contigo la vida,
y adereza los latidos de tu corazón con una pizca de sentido del humor.
Qué sería de nosotros si no fuéramos capaces de arrancarnos a nosotros mismos, de vez en vez, una ligera, o una tierna, o una sincera sonrisa, o la más irreverente de las carcajadas.
Qué sería de nosotros si no fuéramos capaces de reír o sonreír incluso en los peores momentos.
La vida es fruto de una sonrisa y no de un mal gesto. Y, aunque a veces duela vivir...: ama, ríe y busca la Luz. Porque... eres fruto del amor, todos reímos con tu primera sonrisa y vienes de la Luz y a la Luz has de retornar. Que así sea.
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