La contemplación de lo inerte me convierte en observador de lo estático. ¿Acaso lo estático ha de estar inerte?. ¿Acaso existe algo realmente estático?.
La intimidad de la materia es el reino de la vibración. Y el pulso, el ritmo, la cadencia es el espíritu que anima a la propia vida.
Pues llevas toda la razón, Miguel Ángel. No es inerte aquello que ante nuestros ojos lo parece. Si tuviésemos oídos como los de algunos seres vivos, oiríamos el torrente de agua que está bajo nuestros pies o el lento arrastrar de un caracol. Si tuviésemos la visión igualmente de otros seres vivos, captaríamos los rayos ultravioleta (tal vez observaríamos objetos que no vemos, pero sí capta la cámara). Si tuviésemos el olfato... es fácil adivinar la cantidad de sensaciones a las que estaríamos sometidos. Todo esto, además si tuviésemos esa visión como se observa a través de un microscopio, veríamos cómo ese cuerpo inerte del que hablas, está en constante movimiento y vibraciones sin pausa alguna. Los átomos con sus electrones, protones... así igualmente estaríamos acostumbrados y "veríamos" la vida de forma diferente; pero finalmente, ésto no es así.
ResponderEliminarUn cordial saludo de Utopazzo.
Algo de esta reflexión me recuerda que la materia es energía y que la energía está en movimiento porque las partículas que la componenen se mueven a una frecuencia que los sentidos humanos no pueden captarlo. En definitiva, lo que creemos que no se mueve en esencia está lleno de vibración, porque es energía y esta se transforma. Es extensible a toda materia del universo incluído el ser humano.
ResponderEliminarMil gracias por la reflexión y la manera tan poética de exponerlo. A la vez que nos ayuda a entender el mundo irreal tan real como la vida misma. Formamos parte de un mundo cuántico que nos presenta otra forma de entender la vida.
Te sigo en el camino.
Hola Utopazzo.
ResponderEliminarDe lo pequeño a lo grande, y de lo grande a lo pequeño, somos los mismo, solo que en diferente fase o nivel de la energia y de la materia, así como de la conciencia. La percepción es una cualidad de la conciencia, y la interpretación de lo que percibimos es una consecuencia de la experiencia que se deriva de la propia percepción. El movimiento y la calma, lo no estático y lo estático, son cualidades de "lo existente", y pertenecen a la propia naturaleza de la conciencia, es decir, de la presencia de aquello que otorga individualidad y vida. Por lo demás, comparto plenamente tu reflexión. Gracias, una vez más, por compartirla conmigo.
Carmen, me encanta lo que dices: "... el mundo irreal tan real como la vida misma". De lo real a lo irreal, de lo estático al mundo de la vibración, de "lo que parece ser" a "lo que en verdad Es"..., todo es cuestión de percepción, de experiencia, y de interpretación e incorporación a nuestra propia naturaleza de aquello que percibimos. En definitiva, es una cuestión de Conciencia.
ResponderEliminarDesde que nacemos el ritmo, el tam tam del corazón, marca nuestros pasos en mitad de los ciclos y ritmos de la vida. De lo grande a lo pequeño, y a la inversa, la totalidad de lo que somos y de "lo que Es", forma parte del Gran Todo que nos acoge y de la miriada de pequeños todos que nos conforman.
Somos vibración. Somos energía. Somos la gran vacuidad que la contiene.
Y ya para terminar, me encanta igualmente cómo culminas tu comentario: "Formamos parte de un mundo cuántico que nos presenta otra forma de entender la vida". Estoy plenamente de acuerdo contigo.
Gracias por estar en el camino.