HERMANO LOBO




Hermano lobo, préstame tu canto. Con tu canto alzaré mi voz a las estrellas, y cantaré el canto de la vida, y pediré el retorno del orden primigenio.

Hermana águila, préstame tus alas. Con tus alas subiré al cielo, y tocaré las estrellas, y emprenderé el vuelo del espíritu desplegando mi verdadera naturaleza.

Hermano tigre, préstame tu rugido, y tus garras. Con ellos ahuyentaré los miedos y las dudas, la desesperanza, y a los enemigos de la Luz.

Hermano zorro, préstame tu astucia. Con ella recorreré los caminos de este mundo sin dejarme engañar por lo aparente e innecesario, y sabré distinguir dónde está lo auténtico.

Hermana lechuza, préstame tus ojos. Con ellos podré ver en la noche y no perderme en la oscuridad del tiempo, como un ciego que ve pero que no distingue la luz de las tinieblas.

Hermana certeza, toma posesión de mí para que mis pasos sean seguros, y sigan el camino correcto.

Hermana alegría, regálame tu sonrisa para que todo lo que haga esté alumbrado por el brillo de tus labios.

Hermana bondad, posa tu mano sobre mi hombro, y susúrrame al oído todo aquello que necesito para ser verdaderamente humano.

Hermano tiempo, no acortes mis pasos sobre este mundo sin que haya despertado. Porque si lo haces me veré obligado a volver con el velo en la mirada, y mi trabajo aún por concluir.

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