MI LLAMADA


En el momento oportuno di un paso al frente. Quizá por eso ahora mi llamada a las estrellas resuena como un grito cósmico y esencial que se propaga por el universo, que vence al tiempo y al espacio para llegar a su destino.

Sentado en mi atalaya de roca primigenia, compartiendo el alma con el alma del tigre y del águila, compartiendo mi canto con el de los lobos, susurro a voces la llamada que el viento y el eco del espíritu propagan por todo lo creado.

¿Cuándo seré lo que en verdad soy?. ¿Cuándo despertaré del sueño del viajero?. ¿Cuándo dejaré de ser un guerrero solitario que a solas comparte su miedo y su luz consigo mismo, su sombra y su arrojo consigo mismo?.

En mis espacios infinitos, en la oquedad del ser, donde me cobijo y me busco, donde me siento y me pierdo, os percibo y os siento. Y en las noches estrelladas, incluso en las más frías, busco vuestros ojos en los ojos de las estrellas, y vuestra mirada en la mirada que el Todo me dirige; y vuestra voz en la voz del silencio cuando este me acoge y acalla mi mente, y libera el pájaro de luz de mis pensamientos.

El momento del primer paso fue el momento del gran salto. Sin miedo nos aventuramos en el mundo de los hombres, vestidos de tiempo, con el tiempo limitado, y señalados por el olvido.

La sombra nos rodea y nos obliga a recobrar la conciencia de la Luz, a recordar nuestra auténtica naturaleza, a navegar el mar embravecido de la vida humana conservando la calma y sin perder el horizonte, guiándonos por las estrellas en la noche del espíritu.

La frialdad de la espera, y la aparente soledad del hombre, hacen el camino más largo. Pero mi llamada encuentra eco en otras conciencias hermanas, vestidas de carne y hueso, que vienen a acompasar sus pasos con los míos, que cumplen el mismo mandato y el mismo tiempo, que susurran también gritos de Luz a las estrellas. Entre todos somos uno.

Comentarios

  1. No estamos solos en las horas de la Luz, el ritmo del corazón cada vez nos recuerda más lo que somos.

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    1. Quieren las inclemencias del tiempo,las que conforman la vida y el transcurso de las horas, que sea ahora cuando te de respuesta... A fin de cuentas, nos hemos visto tantas veces y tantas veces hemos hablado en los últimos 36 años... Efectivamente, no estamos sólos en las horas de la Luz, las que marcan el ritmo de los corazones, las que nos recuerdan que somos "lo que Somos" aún a pesar de haber perdido la memoria. Nunca estamos sólos.

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