EL PRIMER PASO


Está ahí, tan inmediatamente cercana que podría gritarnos al oído y no ser oída, aparecerse ante nuestros ojos y no ser vista.

¿Por qué buscar tan lejos?.
¿Por qué no entender que la simplicidad de la Verdad, de la auténtica iluminación, se encuentra en la inmediatez de nosotros mismos?.

Visitemos la catedral de la conciencia.
Atravesemos el umbral del espíritu.
Paseemos por los jardines de la Naturaleza.
Entonemos el canto de la vida.

Y mientras hacemos todo esto mantengamos la mirada puesta en el horizonte.
No confundamos el principio con el final. Ni la forma con el fondo. Ni las piedras con el camino. Ni al supuesto vocero de Dios con Dios mismo. Ni a cualquier sendero con el sendero del corazón, el camino sin camino de la conciencia, ya que todos parten de un único lugar y a ese único lugar retornan.

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